Ser músico de alquiler: cómo triunfar como acompañante freelancer

 

Como artista independiente, ya sabes que componer y tocar tu música puede ser muy gratificante, pero ayudar a otros artistas a hacer realidad su música también puede ser una gran experiencia.

Tanto si tu aportación es en los coros en la gira de tu banda de reggae favorita, haciendo bases para un artista hip-hop local, tocando el saxo para una orquesta de jazz, o cualquier otra cosa, el papel de músico de alquiler puede ser más complicado de lo que parece.

“Es mucho lo que tiene que hacer un músico acompañante para que las cosas fluyan y buena parte tiene lugar incluso antes de salir de casa”, dice el bateria de New York (y frecuente compañero mío de banda) Rob Mitzner. “Paso toda la tarde antes de un concierto asegurándome de que todo, desde el equipo al transporte, la música o el atuendo, está en orden”.

Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a hacer tu mejor música y pasarlo bien en cualquier situación de músico de acompañamiento.

Ten claro por adelantado tus expectativas

¿El artista que te contrata quiere que alternes entre ukelele y guitarra barítono durante el set? ¿Se espera que vayas en smoking, de negro, o con un atuendo punk? ¿Está bien si lees partituras en el escenario o el artista quiere que lo tengas todo memorizado? ¿Cuánta música hay que aprender, hay partituras y grabaciones que puedas usar como referencia? ¿Será un contrato aislado o hay múltiples conciertos?

Las conversaciones previas con artistas que te contratan no tienen por qué ser largas o tediosas, pero cuantas más preguntas te contesten rápidamente y por adelantado, más posibilidades de que las partes involucradas estén contentas con el resultado final de las cosas.

Ten claro por adelantado el asunto del dinero

Algunos me discutirán esto, pero cuando te contratan o contratas a un músico, siempre pienso que cuanto menos ambigüedad respecto al dinero, mejor para todos. Antes de empezar a ensayar, a aprender las canciones o a actuar, ten un intercambio franco sobre cuánto te pagarán, cómo y cuándo. En mis experiencias iniciales como acompañante, antes de empezar a trabajar por mi cuenta como líder de la banda, tuve suficientes experiencias negativas tipo “Oh, no te preocupes por eso, hablaremos de dinero después del concierto” para querer volver a pasar por eso de nuevo. 

Aprende las canciones

Pocas cosas molestan más a un artista o líder de una banda que un músico contratado que se presenta a un ensayo o concierto sin preparación, así que haz tus deberes y aprende las canciones.

Si hay ensayos, no creas que debes tenerlo todo perfectamente en su sitio antes de cruzar la puerta, pero por lo menos céntrate en tener una comprensión cabal del material que te piden que toques para que puedas trabajar eficazmente los detalles difíciles en persona.

Capta la onda

Tocar bien las notas y acordes es importante cuando trabajas como músico contratado, pero también lo es encajar en el sonido y el sentimiento globales de la interpretación.

Según Mitzner, gran parte de esto viene de escoger los sonidos e instrumentos adecuados. “No lleves un stack Marshall a un cóctel con trío de jazz o un bombo pequeño a un gran concierto de metal”, dice. “Versiones más sutiles de este ofensivo error pueden ser usar demasiada distorsión en pasajes limpios de una canción o tocar con swing un groove que debe sonar cuadrado. Es fácil arruinar una relación con ofensas musicales como tocar demasiado o demasiado fuerte”.

Da tu opinión, pero recuerda quién manda

Si estás trabajando una nueva canción como contratado y tienes una buena idea para tocar el puente a medio tempo, o añadir una armonía vocal, no tengas miedo de decirlo, pero capta la onda del artista y no fuerces nada que no sea bienvenido. Recuerda, estás ahí para ayudar al artista a realizar su visión, no para ampliar tu agenda artística.

Refuerza la profesionalidad

Aunque ser un músico freelance puede no parecer un trabajo regular, trátalo así. Trabajo con un productor vocal que siempre llega quince minutos antes a cada cita y me dijo una vez este mantra: “si no llegas pronto, llegas tarde”. Esto me dejó huella. Supe, desde el primer momento, que era un profesional de confianza, un tipo con el que podía contar.

En esta línea, Mitzner recomienda prestar atención a asuntos de sentido común como “recordar llevar un atril, no llevar zapatillas blancas de deporte con un smoking, acordarse de ducharse, no beber o comer sin preguntar antes en un evento privado, no dirigirse a un cliente o booker si no es tu concierto y no es tu contrato”, y la lista sigue.

En tu trabajo como freelancer, cuanto más profesionalmente te comportes –llegando unos minutos antes de tu hora, presentándote limpio y vestido adecuadamente, teniendo todo tu equipo en orden– mayores posibilidades tienes de que te llamen la próxima vez que aparezca una buena oportunidad.

Mantén una buena actitud

Antes de aceptar un concierto como músico freelance, asegúrate de que sea algo con lo que te sientes a gusto. Si sientes que la música que te piden que toques no está a tu altura o la de tu talento, no digas sí y luego pongas mala cara en ensayos y giras, sencillamente no cojas el trabajo de entrada.

Incluso si la música te encaja bien y te metes con la mejor de las intenciones, a veces los conciertos van mal y la música acaba siendo desagradable, la sala es un desastre, no aguantas a los otros músicos, o un montón de cosas más que pueden ir mal.

Una vez te comprometes para un concierto, de todas formas, lo mejor es aguantar el tirón, poner toda tu profesionalidad, tocar lo mejor que puedas dadas las circunstancias, intentar divertirte, asegurarte de que te pagan y apuntarlo como experiencia. Incluso de los malos conciertos se aprende; como mínimo, sabrás mejor qué oportunidades declinar educadamente en el futuro.

Pon las cosas fáciles

Siempre que contrato músicos, intento encontrar intérpretes fiables, que conocen su oficio, que no se ponen histéricos, con los que es fácil trabajar, y divertido compartir diferentes momentos. Los egos, los que te dejan colgado, las agendas ocultas, se interponen en tu camino. En estos casos tengo la regla de elegir a un músico diferente la próxima vez (y sé que no soy el único que lo hace). En definitiva, cuanto más fácil sea trabajar contigo, más gente querrá hacerlo.

¿Tienes consejos que compartir, como músico contratado o como líder de una banda? Cuéntanoslo en los comentarios.