Cómo cerrar el trato para tu primera actuación (parte 1)

 

[Artículo escrito por Alex Andrews de Ten Kettles Inc. Su nueva app de control del tempo, BeatMirror, estará pronto disponible para ayudar a los músicos y las bandas a tocar siguiendo el ritmo –y a mantenerse sin perderlo. Inscríbete aquí para tener acceso anticipado a la app.]

Si llevas tocando en una banda algo más que unas cuantas semanas, probablemente deberías estar pensando ya en cerrar el trato para ofrecer tu primera actuación. En serio. Las «Actuaciones» son tan viejas como la misma música, y a excepción de unos pocos aunque fantásticos artistas dedicados exclusivamente a la grabación, la mayoría de los músicos serios actúan regularmente. Actuar es una de las mejores maneras de pulir tus talentos, de poner tu música en el mapa y construir tu fanbase. Además, la presión saludable que supone un bolo inminente funciona de maravilla para conseguir que tu banda se ponga manos a la obra.

Tu primera actuación no necesita ser nada del otro mundo –podría ser para unos pocos amigos en tu sala de ensayo, en una fiesta o en un garito local con escenario abierto a los artistas. Tampoco es necesario que dure demasiado–tres canciones son suficientes para muchos escenarios abiertos a los artistas. Pero a medida que toques más y más, estarás preparado para el auténtico negocio: una sala especializada, varias bandas, y una entrada de pago en puerta.

Esto nos lleva a una cuestión importante: como banda novel, ¿deberían acudir a un representante para contratar el concierto o hacerlo ustedes mismos?

El representante vs. la estrategia DIY

Así pues, ¿cómo haces para cerrar el trato de tu primera actuación?

Una opción es acudir a un representante (o cazador de talentos). Un representante reservará una sala, organizará la actuación de unas pocas bandas, pondrá en marcha el evento en los medios sociales, recogerá el dinero en la puerta (o contratará a alguien para que lo haga)… y a menudo se quedará una parte importante de los ingresos de la noche en compensación (el 50% es lo habitual en Toronto cuando se trata de bandas noveles).

Aquí tienes algunos casos en los que tal vez quieras contemplar la posibilidad de acudir a un cazador de talentos:

* Nuevas oportunidades. Cuando quieras llegar a audiencias a las que no llegarías de otra manera (por ejemplo girando por otras ciudades o participando en festivales) y conocer de paso a gente verdaderamente molona.

* Bandas más grandes que la tuya. Cuando contratar a un representante te dé la oportunidad única de actuar con otras bandas, bandas más grandes que la tuya y a las que respetas.

* Las manos quietas. Cuando prefieras pagar a alguien para que organice tus asuntos (lo cual es del todo justo) porque hacerlo no es lo tuyo. También si estás atrayendo ya a grandes audiencias (en cuyo caso, ¿qué haces leyendo un artículo sobre cómo contratar tu primera actuación?) y puedes usar la ayuda en la coordinación ––además, probablemente serás capaz de cerrar un mejor trato.

Pero si se trata de un bolo local y esperas que la audiencia sea más pequeña (digamos de menos de 100 personas), contratar tú mismo el bolo tiene algunas ventajas significativas:

* Dinero. Una audiencia de 100 personas a 6 dólares por persona son 600 dólares. A cambio de dedicar algo de tiempo a la organización del bolo, la banda podría embolsarse 300 dólares extra. No está mal.

*Contactos. Construir una buena relación con los encargados de las salas y con otras bandas es un buen activo para un músico. Puedes construir estas relaciones vayas o no de la mano de un representante, pero si tu banda es de las que toca regularmente en tu ciudad, conseguirán despertar mucho más interés si se encargan de todo ustedes mismos. Como banda novel, sus conciertos serán a menudo en su ciudad de residencia, así que estos contactos serán de muchísimo valor.

* Rodaje. Una gran parte del negocio musical consiste en rodarse trabajando las relaciones internas en la banda, también las relaciones con otras bandas y con el «negocio musical» en general –– salas, estudios, proveedores de merchandising, etcétera. Empezando por contratar tus propias actuaciones estarás haciéndote cargo de tu carrera. Y esto es una buena cosa.

Acudas a un representante o no, la responsabilidad más importante ­–conseguir una audiencia ante la cual actuar– sigue dependiendo normalmente de las bandas. Volveremos a hablar de esto más adelante.

¿Quién debería organizar sus propias actuaciones?

Como puedes ver, las dos opciones tienen grandes ventajas. La mejor estrategia de booking para muchas bandas noveles comportará una combinación de ambas. Si tú (o alguien de tu banda) eres razonablemente organizado, tienes don de gentes y adoras la idea de albergar una fiesta (después de todo, esto es lo que un buen bolo puede llegar a ser), entonces tienes que contemplar la posibilidad de contratar y organizar tú mismo el bolo. Seguir la opción DIY en tus conciertos supone algo más de trabajo, pero la compensación –dinero, contactos, aprendizaje– es real.

Qué es lo siguiente

Para montar un concierto hay que seguir cuatro pasos: contratar una sala, escoger a las bandas, convocar a una audiencia, y después tenerlo todo bien organizado cuando llegue el gran día. En nuestros próximos artículos nos zambulliremos en cada uno de estos pasos, incluyendo una entrevista con el propietario de una sala aquí en Toronto.

Nos encantaría que nos hablaras sobre la experiencia de contratar tus propias actuaciones frente a la de acudir a un representante que lo haga por ti. Cuando hayas realizado esa primera (y esperamos que mágica) actuación, comparte tus historias más abajo en los comentarios.