Apuntes de un productor de discos independiente, Parte 1: una reflexión sobre la comunicación artista-productor

Por Blogger Invitado

Ser claro a la hora de definirte como artista

Cuando tomo en consideración producir a un nuevo artista, generalmente sugiero hacer una canción juntos para ver si la relación funciona. Con este espíritu, el mes pasado recibí a una singer-songwriter en mi casa. Había algo en la escritura y en la voz de esta mujer que verdaderamente resonaba en mí, y pensé que yo podría aportar algo positivo.

Ella vino y tocó para mí un puñado de canciones, y escogimos una con la que empezar. Lo que normalmente suelo hacer a continuación es grabar una maqueta con algunas ideas de producción en el ordenador, para empezar con el diálogo. Pero antes de esto, para mí es importante hacerme una idea de lo que el artista está oyendo en su cabeza en lo que toca a la producción. Especialmente cuando un artista ha empezado una canción solo con la guitarra acústica, esta podría tomar una docena de direcciones diferentes.

Así que ella me puso en Spotify algunas canciones que la inspiraban. Yo había estado oyendo cosas del tipo de Beth Orton para su material; ella me puso a Meiko y Lucy Rose. Lo que, si piensas en ello, es una manera de ver las cosas compatible con mi idea de Beth Orton: un equilibrio firmemente producido de instrumentos acústicos, electrónicos y bases programadas.

Partiendo de esta base, comencé con una plantilla de producción. Puse un grupo de baterías acústicas y contrabajo en las estrofas, y después puse algunas baterías programadas y bajos sintéticos para dar una rollo más oscuro en los estribillos. Después la invité a unirse para darle más cuerpo al asunto.

Y ella odió aquello. ¡Lo odió! Tuvo una reacción visceral negativa, especialmente hacia las baterías electrónicas y los sintetizadores. Algo a lo que, por supuesto, me habían dado pie esas canciones que a ella la inspiraban. Así que llegados a este punto la sondeé, preguntándole si lo que fallaba eran las partes ejecutadas con instrumentos electrónicos o tal vez los sonidos elegidos por mí. Pero no, lo que fallaba era el hecho mismo de su existencia. «Mi sonido es folky-jazzy», me dijo ella a modo de explicación.

¿Cómo?

Llegados a este punto tuve un par de pensamientos. El primero fue que la artista hizo exactamente lo que había que hacer en ese momento. Si eres un artista y estás trabajando con un productor, tienes que ser tu mejor abogado. Si está sucediendo algo que no concuerda con la visión que tienes de ti mismo, es de una importancia crítica que lo digas. Solo mediante este celo quisquilloso conseguirás acabar con un disco que sea la mejor representación de quien tú eres.

Mi segundo pensamiento es que esta artista podría probablemente haberse comunicado de mejor manera a través de las canciones que la inspiraban, que resultaron ser desorientadoras en gran medida. Resultó que lo que a ella le gustaba de aquellas canciones era que la guitarra acústica ocupaba una posición frontal y central, y que ambas cantantes eran contraltos de voz ronca como ella. Lo que al fin era algo muy diferente de aquello con lo que yo me había aparentemente presentado, dado que yo le había pedido específicamente escuchar canciones cuya producción y sonido le resultaran inspiradores.

Colaborar con otros supone un reto, un reto con potencial para acabar en un malentendido. Por eso mismo es de la máxima importancia ser tan claro como te sea posible en tu comunicación cuando inicias una nueva relación creativa. Ten tus expectativas y esperanzas claras antes de compartirlas con alguien más, comunícalas sin ambigüedad, y habrás comenzado con buen pie.

Bio del autor: Jamie Hill es un productor de discos independiente, ingeniero musical, y autor. Estuvo nominado al premio al Mejor Productor en los Premios de la Música Independiente de 2014. Hill trabaja en varios géneros, sobre todo en espacios musicales alternativos e independientes, con bandas como ArnoCorps, Shannon Curitis, y muchas más. Ha tenido éxitos comerciales internacionalmente con los favoritos del indie-pop sueco Jens Lekman, cuyo disco An Argument With Myself se estrenó alcanzando el Top Ten del Billboard Heatseekers en múltiples países.

Originalmente publicado en Pyragraph.com