Diez cosas que aun estoy aprendiendo sobre formar parte de una banda

Artículo escrito por Jay Rutherford de la banda Los Colognes. Fue publicado originalmente en el blog de Artist Growth, un servicio que ayuda a músicos y a managers a organizar sus giras, finanzas, merchandising, regalías y mucho más, todo en un único sitio.

Como millones de otros ingenuos que andan por ahí, estoy intentando hacer de la música tanto mi fuente básica de felicidad como mi fuente básica de seguridad financiera en la vida. Mi banda Los Colognes ha conseguido un éxito marginal, justo lo suficiente para librarnos de nuestros padres, por decirlo así. Sin más, aquí estoy yo convenciéndome a mí mismo de que he conseguido saber algo, cuando en realidad no tengo control psicológico sobre nada. Pretender que soy la versión Old Ben Kenobi de mí mismo, desde algún lugar del futuro.

  1. Conseguirlo” Versus “Conseguirlo”

El mejor y más simple test es este: ¿disfrutas de la situación en que estás, aquí y ahora, haciendo música a diario? ¿O una parte de ti está postergando esa alegría por la fantasía de “triunfar” a lo grande? Esa fantasía en la que cierras los ojos y ves a cien mil personas cantando contigo cada palabra de tus canciones?

Eso no va a pasar. El medio está en total caos. Streaming por aquí, sobresaturación por allá. Todos sabemos de qué va. Todo el mundo tiene GarageBand y nadie quiere pagar por nada. Necesitas conocimientos de física cuántica para calcular las opciones de convertirte en Chris Martin o Taylor Swift.

La clave está en cosas simples, como progresar en tu manera de tocar, de cantar y componer. Es esa cosa básica, auténtica, de la que te enamoraste en un principio. Si pierdes eso, nunca serás feliz.

  1. Cultiva tu “Espacio”

No vas a usar la potencia de hacer música cada día si te pasas el tiempo luchando en Matrix. Encuentra tu camino, como dicen en Yoga. A mí me encanta darme un atracón con una sesión de Netflix, pero si no dejas la tecnología a un lado y coges tu instrumento, no mejorarás.

Aquí es donde está la magia, en la calma del estudio de la música, ya sea rudimentos de percusión, escribir una nueva canción o dominar el sentimiento y metodología de los grandes músicos que te precedieron. Tenlo presente. Cultiva ese “Espacio” donde sale algo desde la nada. ¿Lo mejor de todo? ¡Es gratis!

  1. Primero, da más conciertos; después, da mejores conciertos

No vas a empezar cobrando enormes cantidades haciendo de telonero para grandes artistas. Empezarás tocando montones de pequeños conciertos de mierda. No ganarás dinero, y probablemente no asistirá nadie. Te alegrarás de que esas actuaciones no estén en YouTube. Pero, de repente, ante tus ojos, la banda mejorará. Los sets serán mejores, o más atrevidos. Los contactos sociales crecerán como fractales. Empezará una nueva vida.

En cuanto esto suceda, toca menos. Crea expectación y demanda. Toca “eventos”, no conciertos. Nada es más molesto que promocionar tu gran concierto con una banda que descubres que tocó la semana pasada en otra sala de la ciudad. No está bien. Planifica tus conciertos para darles un cierto misterio.

  1. Madura, y asume toda la parte empresarial

Al principio es realmente irritante. Crea esta cuenta. Suscríbete a esta cosa. Compra esta página. Completa este perfil. La parte empresarial es literalmente todo lo que no consiste en tocar música, pero de alguna manera, si puedes hacer lo máximo posible tú mismo, competentemente, te estarás poniendo en situación.

Conserva tus derechos editoriales y sobre las grabaciones

Usa una app como Artist Growth para llevar el control de tus gastos. Piensa en la relación entre los dueños del negocio y la gente contratada. Haz que todo el mundo sepa cuál es su papel y esté feliz.

Cuando des el paso a tener un manager, un abogado y un agente, sabrás cómo se desglosan los números. Esto es lo que distingue a los hombre de los niños. Nadie va a hacerlo por ti. Imagínatelo. De otra forma, todo el mundo estará borracho, colocado y confuso.

  1. Diversifica tu Portfolio

Mi banda ha tenido la suerte de tener algún éxito menor en Spotify, algunas canciones en TV, y se nos han presentado algunas oportunidades en festivales decentes. Las cantidades no son astronómicas, pero hemos mantenido el negocio a flote, lo que en esta época es algo de lo que sentirse orgulloso.

Dicho esto, llegarán tiempos peores. Tienes que tener maneras de hacer dinero alternativas. O de otra forma te deprimirás y no gustarás a nadie, o no querrán estar cerca de ti.

Nosotros hacemos AirBNB en casa. Tocamos en discos de otros, o acompañamos a otros cantautores. Trabajamos ofreciendo servicios. Montamos el equipo de AV en centros de convenciones. Sea lo que sea, la idea es, psicológicamente todos los huevos están en la misma cesta, pero no en términos financieros. Sé inteligente y podrás navegar las olas.

  1. Altos y bajos

Hablando de olas, los altos y bajos de este trabajo –desde tu agenda, a tu estilo de vida en la carretera, a la montaña rusa emocional– te desequilibrarán. Y además, a cambio, tu pareja, que de entrada se enamorará de la idea de que seas músico, eventualmente se resentirá de todo ello.

No eres “Jim” de la serie “The Office”. Tu campo no es estable. Tu sensación sobre lo que vales no es estable. Tu sobriedad no es estable. Tus hábitos alimenticios no son estables. Tus hábitos de descanso no son estables. Tus zapatos apestan.

El único remedio es aceptar las cosas como son. Sé indulgente con tu pareja y contigo mismo y trata de encontrar un punto de equilibrio, en el que ambos tengan espacio y tiempo. Vuelve a ese “Espacio” y pasa tiempo de calidad con aquellos que se preocupan por ti. No es fácil. Evita proclamaciones hiperbólicas como decir a todos los de la banda el último día de gira, que “no vas a beber durante, digamos, una semana”

  1. Odios, quejas, comparaciones

Cualquier libro religioso, espiritual, o de autoayuda new age te dirá que esto es un mal karma. Sin embargo, el negocio de la música es arbitrario y frustrante. Verás triunfar a gente que apesta. Verás a otras bandas tener mejores oportunidades. Verás política y nepotismo. Encenderás la radio y escucharás basura. De vez en cuando, todo eso te reconcomerá el alma.

Si decides beber la Odio-Cola, bébela a solas en tu furgoneta.

  1. Venderse”

Los valores del “Punk Rock”, antaño gloriosos, han muerto. El mejor email que puedes recibir joy día es el de que algún alma adorable ha escogido tu canción para un programa de TV o un anuncio.

(Esperemos que hayas leído el punto 4 y conserves tus derechos editoriales y sobre la grabación.)

Puede que no te interese el producto. Puedes pensar que el programa de TV es basura. Probablemente lo sea. Pero este es el trato:

Si tu canción es íntegra, y si tu crees que cuando la gente la escuche algo positivo ocurrirá, y si encaja con la visión que tenías al empezar…

entonces, CLARO QUE SÍ!

Esto financiará tu siguiente disco, así que no tendrás que dar la lata con Kickstarter. ¿Venderse? Más bien es como si las navidades se hubieran anticipado.

  1. Acepta el absurdo (ver: Jeff Goldblum en ‘Jurassic Park’)

Querrás implicarte emocionalmente en todo, pero no debes hacerlo. Pueden llegar contrariedades, no te involucres demasiado. La furgoneta puede averiarse, no te amargues demasiado. Lee unos cuantos libros de Kurt Vonnegut y acepta el eterno “así son las cosas”.

Nada tiene sentido en este negocio. El gran fractal del caos se está expandiendo y tú no puedes hacer nada. Todo puede acabar en “un enorme montón de mierda”. Cuando pasa algo bueno, ríe como Jeff Goldblum. Cuando ocurre algo malo, ríe como Jeff Goldblum. Ya has descubierto la felicidad de hacer música todos los días, y eso es mucho más de lo que consigue la mayoría.

  1. Cuando el éxito se fija en ti…

… hazle el amor dulcemente, pero date cuenta de que cuando despiertes ya habrá recogido sus cosas y se habrá marchado en algún momento en mitad de la noche.

Para saber más de Jay Rutherford sigue a Los Colognes y visita su website.