Cómo montar un recital provechoso en una sala que no tiene organizado el concierto.

Básicamente hay tres tipos diferentes de salas de conciertos.

El primer tipo de sala es la que realmente sabe qué está haciendo. Está dirigida por alguien con una buena idea del negocio, y tienen mucha experiencia contratando y promocionando bandas.

El segundo tipo sería una sala que apoya la música pero tiene poca o ninguna experiencia en contratación o marketing musical.

El último tipo son aquellas salas que tienen entre poca y ninguna idea del negocio, no les entusiasma demasiado la música, pero dan el paso y contratan un concierto de vez en cuando, porque sí.

Por supuesto hay toda una gama de variaciones entre un tipo y otro, pero si has estado tocando durante un tiempo, creo que verás los tres tipos diferentes de sala reflejados en tu propio historial de actuaciones.

Identificando las oportunidades que son adecuadas para ti

Recientemente tuve una conversación con el líder de uno de mis grupos (toco en un par de bandas diferentes ahora mismo) y quedó bastante claro que él solo busca el primer tipo de sala.

Por supuesto, por tres sets de 45 minutos por noche, enteramente dedicados a versiones, los miembros de la banda esperan ver su trabajo recompensado.

Este tipo de arreglo funciona bien en ciertos casos. Si estás en un grupo que hace versiones, una banda tributo o simplemente quieres tocar de vez en cuando y acabar la noche con una cantidad decente de pasta, has encontrado tu método.

El problema es que el primer tipo de sala no siempre es accesible a bandas o artistas cuyo material es básicamente original (a menos que tengas algún hit).

Si los dos últimos tipos de sala son los únicos que te abren sus puertas, vas a tener que pensar estratégicamente sobre cómo enfocarlo.

Cómo una actitud creativa frente a los problemas puede hacer que un concierto poco prometedor acabe valiendo la pena

En una sala que tiene ya montado el concierto, no tendrás que preocuparte demasiado por los detalles, una vez ya has llegado a un acuerdo (siempre que cumplas con tu compromiso).

Pero las salas que no saben bien dónde se meten (o aquellas que tienen tendencia a explotar a los artistas) no van a tener como prioridad tus intereses.

En casos así, depende de ti encontrar una solución. Podrías rechazar el bolo, y hay ocasiones en que esto es lo más adecuado, pero si eres constructivo, a veces puedes encontrar una forma de que la aventura sea provechosa para ti y tu grupo.

Ejemplo: mi banda tocando en una sala conocida de mi ciudad

Hay una sala en la ciudad (que permanecerá en el anonimato) que no tiene precisamente la mejor reputación.

Hacen conciertos con regularidad, pero su sentido del negocio está bajo sospecha, y no tienen una clientela habitual.

Hace un par de años, se dirigieron a mi banda y nos preguntaron si queríamos tocar en su sala. Sabíamos que no iba a ser demasiado provechoso si dejábamos que organizasen ellos todo el concierto.

Ahí es donde nos pusimos a pensar para encontrar una solución creativa.

Primero, queríamos total control sobre qué bandas iban a tocar y el orden en que lo harían. Hablamos con un par de grupos locales y los subimos a bordo.

Luego, teníamos que ver cómo solucionábamos el tema de la persona de la entrada, lo que no era un asunto menor. La gente de la sala no eran nada estrictos con la venta de entradas, y tenian fama de dejar pasar a la gente sin entrada.

Nosotros esperábamos una buena asistencia, así que esto no podía escapársenos. Si llevábamos a docenas de personas (lo que hicimos, cerca de 100), no queríamos acabar cobrando $25 por cabeza, para una banda de tres personas.

Así que le propusimos a la sala nuestras condiciones. Por supuesto no lo explicamos como acabo de hacerlo. Nos aseguramos de que lo entendieran como una propuesta de valor.

En lugar de encargarse ellos de buscar y llamar a otros grupos, nosotros nos ofrecimos a hacer ese trabajo de campo. En lugar de que ellos pagasen a alguien para controlar las entradas en la puerta, les dijimos que nosotros pondríamos a esa persona.

¿El resultado? Los miembros de mi grupo salimos esa noche con $100 cada uno!

Teniendo en cuenta que nunca habíamos ganado mucho más de $25 por tocar en esa sala en el pasado, el hecho de que ganásemos $300 netos como banda no estuvo nada mal.

Consideraciones finales

Aunque nos las arreglamos para dar un concierto provechoso en una sala que no tenía organizado el concierto cuando todo estaba ya hablado, no todo fue perfecto.

La sala de alguna manera se las arregló para meternos con calzador una fiesta en la misma fecha de nuestro concierto, lo que desgraciadamente redujo el aforo y dejó fuera a algunos de nuestros fans. De hecho, tuvimos que devolver el importe de algunas entradas!

Y, aunque nosotros aportamos beneficios, no pasó lo mismo por parte de los grupos teloneros, porque realmente no pusieron ningún esfuerzo en promocionar el evento.

Esto es cosa suya, claro, pero nos hubiera gustado haber creado una situación win-win, en la que todos ganan (nosotros ganamos, la sala gana, los teloneros ganan).

Espero que la conclusión que saques de todo esto es que es completamente posible convertir una situación alejada de lo ideal en una mejor ocasión, aplicando habilidades creativas para resolver problemas.

Podrías centrar tus energías en salas que realmente organizan ellos los conciertos, pero esto podría acabar restringiendo tus opciones. Dándole una vuelta al valor que aportas, puedes esforzarte en sacar el máximo de las oportunidades de conciertos a tu alcance.